Reimaginando las carteras de inversión indexada a largo plazo
Invertir puede ser sencillo o extremadamente complejo. La realidad es que los mercados financieros implican multitud de variables difícilmente medibles, predecibles o simplemente identificables. La acción humana, no solo en la economía real (qué compro, porqué y cuando) sino las decisiones de los empresarios y el comportamiento de los inversores (su psicología o estrategia) determinan los precios de los activos, unos precios imposibles de predecir.
Según la coyuntura económica o los resultados trimestrales, las empresas y los inversores toman decisiones de inversión, reinvertir más en una parte del negocio que en otra, comprar más acciones de determinada compañía o reducir el riesgo de una cartera, son actos diarios que van conformando la realidad de los mercados, los índices y los retornos de cada categoría de activos.
Dentro de toda la complejidad que existe en los mercados, cada inversor busca un estilo diferente para enfrentarse a la tarea de seleccionar los activos correctos. Entre ellos podemos encontrar inversores en valor, traders, activistas, long-short, quants o global macro. Cada uno busca aplicar ciertos conceptos y esquemas de pensamiento a la vorágine de información que surge de la economía, seleccionando aquellos activos que espera lo hagan mejor en un determinado espacio de tiempo.
Cuando buceamos en las estadísticas y miramos la inversión como un ejercicio a largo plazo (lo que realmente es) podemos sacar una conclusión simple:
Inversión indexada y convexidad
¿Cómo puede ser que dedicar una enorme cantidad de tiempo y recursos no suponga una mejor rentabilidad que la del mercado? Comisiones y psicología del inversor. Las primeras están claras, unas altas comisiones suponen menores rendimientos, y los rendimientos que obtiene un gestor activo, a largo plazo, no justifican dichos costes. La segunda, más complicada de analizar, indica que los inversores tienden a salir del mercado en los peores momentos, o toman decisiones irracionales (ya sea un exceso de confianza o un sesgo a la hora de invertir).
Los factores que más afectan a la hora de obtener rentabilidad están lejos de comprar y vender compulsivamente acciones, bonos o derivados, sino más bien del tiempo y nuestra estrategia de fondo. Es decir, de la gestión del riesgo y el horizonte temporal sobre el que invertimos. Por orden de importancia:
- Durante cuánto tiempo invertimos
- Asset Allocation (En qué categorías de activos invertimos)
- Comportamiento y psicología del inversor
- Comisiones de compraventa, gestión y otras
- ¿Qué está pasando en los mercados?
En este sentido, lo primero que vemos es que lo principal que debemos tener en cuenta es pensar a largo plazo y construir una cartera de inversión lo más robusta posible y con los menores costes. Además simplificar al máximo la gestión, para evitar comportamientos irracionales y caer en sesgos cognitivos.
Lo segundo es que tratar de adivinar cuales son los movimientos del mercado es un ejercicio condenado al fracaso. No podemos predecir el futuro y por ello los mercados son impredecibles.
Los índices (fondos indexados o ETFs) nos permiten acceder a una enorme diversificación con unos costes mínimos. Invertir en este tipo de vehículos nos sitúa en una posición muy robusta de entrada, ya que no estaremos tratando de predecir el comportamiento de los mercados, simplemente ir recogiendo aquellos activos (dentro de cada categoría) que mejor lo vayan haciendo con el paso del tiempo. Este tipo de estrategia, convexa, juega a nuestro favor, ya que cuanto más impredecible es el futuro mejores resultados dan los sistemas que integran la convexidad en su construcción.


Además, y pese a que la denominación clásica de la inversión en vehículos que replican índices es la de “gestión pasiva”, la realidad es que la naturaleza de los índices (ponderados por capitalización) dista mucho de ser una gestión pasiva. Como podemos ver en el vídeo siguiente, los índices están constantemente reciclando los componentes del indicador, manteniendo a aquellos que mejor lo hacen y descartando a aquellos que peor comportamiento tienen (una estrategia excepcionalmente convexa):
En el caso de los índices de acciones, los más comunes, la propia naturaleza de las empresas (mayor riesgo pero beneficio potencial ilimitado) nos aporta una doble convexidad: por un lado la propia gestión indexada donde se premia a los mejores y por otra parte el propio comportamiento de las empresas, que permiten una rentabilidad teóricamente ilimitada por un riesgo limitado (pérdida máxima) y pueden crecer exponencialmente (a diferencia de la renta fija).
Índices, simplicidad y eficiencia
Los índices y los fondos indexados son considerados una de las grandes innovaciones en la historia de la inversión, gracias a Jack Bogle quien creó el primero fondo indexado de la historia el “Vanguard 500 Index Fund” y la firma de inversión indexada Vanguard, uno de los líderes mundiales en la actualidad. Pese a que hoy Vanguard y los beneficios de la inversión indexada son bien conocidos, en el momento de su lanzamiento Vanguard fue más que criticado por el mercado. Solo el tiempo ha demostrado que Bogle tenía razón y que su perspectiva sobre el mundo de la gestión de inversiones fue un cambio radical frente a las prácticas establecidas en la industria.
En resumen, la gestión indexada se basa en:
- Simplicidad y eficiencia en la gestión de las inversiones
- Ahorro de costes por el mínimo número de transacciones
- No necesita predecir que activos lo harán mejor
- No existen gestores estrella con grandes esquemas de compensación
- Estrategia convexa, premiando a los mejores activos
Carteras de inversión indexadas a largo plazo
Ahora que ya sabemos qué es un índice y porqué gran parte de nuestra cartera (o el 100%) debería estar formada por este tipo de vehículos, veamos como construir una cartera diversificada para conseguir rentabilidad a largo plazo tratando de controlar el riesgo.
Las carteras indexadas son carteras de inversión basadas en los principios de la gestión indexada, tratando de simplificar al máximo la gestión y tan solo rebalancear una vez al año los pesos de los diferentes activos que las componen.
Este tipo de carteras están pensados para mantenerse a lo largo del tiempo (toda una vida) y tratan de ofrecer una rentabilidad ajustada al riesgo que queramos asumir. Todas ellas incorporan diferentes categorías de activos para conseguir generar rendimientos positivos en cualquier entorno de mercado, e incluso en algunas beneficiarnos de entornos complejos o caídas. La descorrelacion de los diferentes activos permite a las carteras diversificadas ser utilizadas como “carteras permanentes” manteniendo siempre una estructura de pesos constante y pudiendo hacer frente a la incertidumbre del mercado con diferentes herramientas que se comporten bien en cualquier entorno (acciones, bonos, letras, oro…).
Hagamos un repaso a las principales carteras indexadas del mundo, como la de Harry Browne o la All Weather de Ray Dalio y al final, encontrarás nuestra propuesta para integrar un índice temático como el Deporlytics Outdoor Brands Index en una cartera de este tipo.
1- Cartera 50/50 o 60/40
La primera cartera indexada es también una de las más conocidas y sencillas de implementar. Hay múltiples combinaciones de esta cartera, otorgando un mayor o menor peso a la parte de renta variable, según el objetivo, horizonte temporal y riego (volatilidad) que se quiere asumir. Es muy común construir carteras con un 30% renta variable y un 70% renta fija para inversores más cercanos a la jubilación y que no desean asumir la volatilidad implícita de las acciones, y al contrario, carteras para inversores jóvenes con un 70% RV y un 30% renta fija (o incluso menos).
Vamos a ver las más utilizadas, la 50/50 y la 60/40:
%Cartera | Fondo | ETF | Coste anual |
50% | Vanguard Total Bond Market Index Fund | 0,03% | |
50% | Vanguard Total World Stock Index Fund | 0,07% |
Los vehículos para construir esta cartera pueden ser ETF (como los que indicamos aquí) o fondos indexados (MyInvestor es uno de los pocos comercializadores en España que dispone de fondos Vanguard con mínimas condiciones de entrada). La ventaja principal de estos últimos reside en la posibilidad de realizar traspasos entre fondos sin aflorar ganancias sobre las que haya que tributar, algo que nos da una gran ventaja para hacer crecer el capital debido al efecto del interés compuesto.
El fondo BND de Vanguard tiene en cartera nada menos que 10174 bonos diferentes de todo EEU, incluyendo Gubernamentales, corporativos y de otros organismos. El 99,97% de los bonos son de grado de inversión (BBB+).
Por su parte el fondo VT 9554 acciones de todo el mundo, con un peso de Norteamérica del 63,8%, 14,8% en Europa, 10,70% en Asia-Pacífico y 10,50% en Mercados Emergentes.
Esta cartera y todas las que veremos más adelante solamente tienen que gestionarse una vez al año, donde rebalancearemos los pesos de cada activo. Aquellos que hayan subido más pesarán más en el mix de la cartera y los venderemos hasta su peso ideal, y compraremos aquellos que más hayan bajado. Esto nos permite ir realizando un proceso de comprar bajo y vender alto que nos dará mejores resultados a largo plazo y nos evitará tomar decisiones irracionales. Como ejemplo en el caso de la cartera 60/40, si a final de año las acciones han subido y pesan 65/35, venderemos un 5% de VT para comprar un 5% de BND.
Los resultados de la cartera 50/50 (backtest):






Los resultados de la cartera 60/40:




En ambos casos vemos como la rentabilidad comparada con el SP500 es menor, pero su volatilidad también lo es (Standard Deviation).
2- Cartera Boglehead de cuatro fondos
Como en el caso anterior, podemos encontrar multitud de propuestas diferentes de carteras de gestión indexada, tanto de 2, 3, 4 o 5 fondos. Por encima de estos números la diversificación extra no suele aportar mucho valor ajustando la mayor complejidad de gestión. Quizás la más clásica sea la de 4 fondos que hemos seleccionado aquí, veamos qué contiene:
%Cartera | Fondo | ETF | Coste anual |
40% | Vanguard Total Bond Market Index Fund | 0,03% | |
36% | Vanguard Total Stock Market Index Fund | 0,03% | |
18% | Vanguard Total International Stock Index Fund | 0,07% | |
6% | Vanguard REIT Index Fund | 0,12% | |
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Esta cartera introduce dos elementos nuevos, por un lado separa la inversión en acciones en dos tipos diferentes de fondos (el VXUS para acciones internacionales excluyendo USA) y el VTI para acciones americanas. Además añade un ETF de REITS inmobiliarios, que aportan un extra de rentabilidad aunque también algo de volatilidad, por esto el peso es de apenas un 6% en cartera. El VNQ tiene posiciones en 167 compañías estadounidenses de tenencia y alquiler de inmuebles con un gestión del 0,12% anual.
Es una propuesta eminentemente estadounidense, que ha recogido muy bien las décadas de crecimiento económico del país. Pero esto siempre tiene cierto riesgo dependiendo del futuro crecimiento de otros mercados, como China o los países del sur de Asia.






El comportamiento de esta cartera es excepcional, con una rentabilidad cercana al 6,5% anual compuesto, una desviación estándar del 8,9% y un ratio de Sharpe superior al mercado mundial representado por el VT de Vanguard. Durante las caídas de este año 2022, donde los bonos (la parte que permite reducir la volatilidad y aumentar el ratio sharpe) lo han hecho muy mal, las cifras de esta cartera se han reducido, pero durante 25 años esta cartera ha arrojado una rentabilidad anual superior al 12% y una volatilidad del 10%.
Como siempre en este tipo de carteras para mantener siempre, el único requisito es rebalancear los pesos 1 vez al año. Si además hacemos alguna aportación periódica (por ejemplo 1.000€ al año) los resultados mejoran sustancialmente. Con esta cartera estaremos superando ampliamente y casi sin esfuerzo al 90% de los gestores activos a largo plazo. Brillante.
3- La cartera permanente de Harry Browne
Harry Browne es uno de los imprescindibles dentro del mundo de la inversión indexada, habiendo creado una de las carteras más famosas, simples y excepcionales de todos los tiempos. La estrategia de Browne destaca por su brillantez y como ha resuelto los problemas de una forma elegante. En la cartera permanente de Browne destacan el oro y el cash (dinero en efectivo/bonos a corto plazo) como activos refugio, dos asignaciones que siempre dan pie a controversias en la asignación de activos.
La idea detrás de esta asignación de activos reside en la baja correlación (o incluso correlación negativa) de los mismos. Cuando una parte de la cartera va mal por las condiciones macro, otra parte lo hace bien. De esta forma equilibramos rentabilidad, riesgo y volatilidad. Dentro de la cartera permanente podemos encontrar varias versiones, una cartera eminentemente americana (la versión clásica) con la mayor parte de su asignación en activos de EEUU o una versión internacional invertida en la mayor cantidad de países posible. Veamos en este caso la versión clásica:
%Cartera | Fondo | ETF | Coste anual |
25% | SPDR S&P 500 ETF | 0,06% | |
25% | SPDR Gold Shares ETF | 0.40% | |
25% | iShares 20+ Year Treasury Bond ETF | 0,15% | |
25% | iShares 1-3 Year Treasury Bond ETF | 0,15% |
La belleza de esta cartera reside en la forma tan simple de solucionar uno de los principales problemas de la inversión, como decidir que es bueno en cada momento cuando el futuro es impredecible. La cartera permanente resuelve este problema asignando un peso igual (equiponderacion) a cada uno de lo activos en cartera (acciones, oro, bonos a largo plazo, bonos a corto plazo) pudiendo hacer frente a cualquier estado de la economía:


En los últimos 40 años ha tenido una rentabilidad superior al 9% anual con una desviación estándar de tan solo el 8%. En crisis como la de la burbuja.com de los años 2000 o la crisis financiera de 2008 pese a que las acciones se hundieron, los bonos a largo plazo y el oro sirvieron como activo refugio. Por ello la rentabilidad es alta pese a que la volatilidad conjunta se mantiene menor que el SP500 o que un índice de renta fija.








Como vemos en el último año la cartera ha bajado bastante debido al subidas de tipos, inflación y posible recesión, siendo hasta el momento la caída más grande desde 2004. Es importante fijarnos en que en la crisis del COVID esta cartera apenas cayó un 1%, algo increíble dada la extrema volatilidad que se vivió en el mercado.
Quizás una de las soluciones más brillantes en el mundo de la inversión, con una rentabilidad/riesgo difícilmente superable.
4- All Weather Portfolio de Ray Dalio
Dando un paso más en la idea de la cartera permanente vamos a ver la All Weather Portfolio, una estrategia de inversión desarrollada por el gestor de fondos Ray Dalio. Esta cartera sirve somo base para el hedge fund que gestiona Bridgewater, la mayor firma de inversión del mundo con más de 140.000 millones de dólares de activos bajo gestión.
La cartera exacta del fondo de Dalio implica ciertas variantes más, tratando de adaptarse a las circunstancias macroeconómicas y dando mayor peso a países en crecimiento. Sin embargo la esencia de la cartera es perfectamente replicable a través de ETFs. Como en las cartera permanente de Browne, la All Weather parte de las siguientes premisas a la hora de construir una asignación de activos:
- El futuro es impredecible
- La economía puede situarse en 4 escenarios diferentes
- En cada escenario hay uno o varios activos que lo harán bien


Como vemos, la All Weather es un giro de tuerca más, diferenciando entre una mayor cantidad de activos. El problema suele surgir a la hora de asignar los pesos correspondientes ya que estos van cambiando con el tiempo. Sin embargo, una forma sencilla de implementar esta estrategia es:
%Cartera | Activo | ETF |
20% | Acciones (internacional) | VTI |
15% | Commodities (Oro) | GLD |
5% | Deuda corporativa LP | HYG |
15% | Deuda mercados emergentes LP | EMB |
20% | Bonos protegidos contra la inflación CP | TIP |
25% | Deuda Tesoro LP | TLT |








Comparando los resultados de la All Weather con la Cartera Permanente de Browne (incluyendo las últimas caídas donde la correlación entre RV y RF ha sido altísima) vemos que el comportamiento de la primera es algo mejor, tanto en rentabilidad como en volatilidad y ratio de Sharpe. Sin embargo, esta cartera requiere más rebalanceos debido al mayor número de activos, lo que puede suponer mayores comisiones por compra venta de ETF.
La All Weather en nuestra opinión es otra solución brillante a la complejidad de la inversión, con una fiabilidad a largo plazo a prueba de bombas. No es casual que el hedge fund de Dalio sea uno de los más grandes del mundo, no tanto por su rentabilidad absoluta sino por la rentabilidad ajustada al riesgo que ofrece, algo que la mayoría de los inversores valoran más que la sola rentabilidad.
La realidad es que cualquiera de estas carteras es capaz de batir al 90% de los gestores y fondos de inversión del mundo a largo plazo. Con lo que a la hora de invertir, debemos pensar ante todo en estructurar una cartera de este tipo ante todo, antes de buscar oportunidades particulares.
¿Cómo integrar un índice temático en una cartera a largo plazo?
Muchos de nosotros buscamos un equilibrio cuando se trata de invertir. No solo con respecto al riesgo y la rentabilidad, sino también buscando unir lo mejor de la gestión indexada y la gestión activa. Utilizar nuestro conocimiento de una empresa o de un sector para conseguir uno puntos extra de rentabilidad, un ejercicio intelectual que nos permita no solo seguir aprendiendo del mundo que nos rodea sino también que nos aporte un rendimiento superior a la media.
En este sentido, muchos inversores utilizan una parte de su cartera para comprar acciones de forma directa, con el objetivo de conseguir unos puntos extra con respecto al mercado, pero manteniendo siempre una base solida gracias a una cartera a largo plazo bien diversificada.
Pero además de comprar acciones una gran opción es utilizar un índice temático para generar ese aplha. Existen multitud de ETF temáticos que replican el comportamiento de un índice de un sector concreto, como puede ser el deporte, la biotecnología, los inmuebles o la electrificación. Estos índices siguen la evolución del sector en su conjunto, gracias a la agrupación de las diversas acciones en cestas diversificadas. La ventaja de utilizar estos índices sectoriales para generar un extra de rentabilidad en nuestra cartera reside en:
- Mantenemos la estructura general de la cartera vía ETF o Fondos indexados
- Podemos rebalancear fácilmente
- Generamos un extra de rentabilidad manteniendo la diversificación
Veamos como se comporta una cartera cuando integramos un índice como podría ser el Deporlytics Outdoor Brands Index. Hemos tomado dos carteras Boglehead clásicas 60/40 y 35/65, añadiendo VFC, la representación más ajustada del AOBI actual:




El comportamiento de ambas carteras frente al mercado mundial representado por el VT de Vanguard es realmente bueno, con ratios de rentabilidad/riesgo superiores (2008-2022) y un interés compuesto del 4,9%y 5,6% con una volatilidad menor a la mitad del VT.




Las mayores caídas apenas hasta este año 2022 donde los bonos han tenido una enorme correlación con las acciones apenas habían superado el 13%. La adición de un porcentaje en torno al 5% de un índice con algo más de potencial en una cartera clásica nos aporta un mix muy interesante a largo plazo.
Esta opción de cartera mezcla lo mejor de los mundos de la gestión indexada (bajos costes, diversificación, rebalanceos, simplicidad…) con un porcentaje semi-pasivo, donde mantenemos un peso limitado en un activo más volátil pero que nos da un plus de rentabilidad/riesgo.
Veamos el ejemplo de la cartera permanente de Browne con la misma adición del 5%:




La cartera permanente con este extra temático nos hubiera aportado una rentabilidad anual compuesta del 6,13% con una volatilidad del 7,11%. La cartera clásica, como hemos visto antes, nos hubiera dado una rentabilidad del 6,06% con una volatilidad del 7%. Ambas carteras mantienen exactamente el mismo perfil de riesgo, con un ratio sharpe de 0,71.
Puedes seguir la valoración del índice AOBI y además construir tu propio etf temático:
Descarga la composición del índice outdoor brands
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Aclaraciones
Las rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros. El inversor debe considerar cuidadosamente los objetivos, riesgos, cargos y gastos de inversión antes de invertir. Un inversor no puede invertir directamente en el índice y actualmente no hay instrumento de réplica de éste índice. Este material no pretende proveer de asesoramiento legal, fiscal, de inversión o de compra/venta de activos financieros y no debería tratarse como tal. Las leyes fiscales y las regulaciones son complejas y pueden cambiar a lo largo del tiempo. La información puede ser errónea e incompleta.